Se habla de tipos de cargas a la hora de categorizar las mercancías que se manipulan en el proceso logístico. Las categorías permiten adaptar el proceso logístico y la gestión del transporte a cada tipo de carga, lo que facilita que su entrega se realice de forma segura y con todas las garantías. Esta seguridad y garantía es aplicable tanto respecto a la propia carga como a las personas que trabajan con ella y, por supuesto, a la satisfacción del cliente.
En este sentido, el tipo de carga es un elemento importante a tener en cuenta a la hora de adaptar y planificar la ruta de reparto, lo que va a permitir optimizar dicha ruta y ofrecer un servicio de calidad independientemente de la naturaleza de la carga.
Proceso logístico ¿Qué es carga y mercancía?
Aunque parezca que la discriminación terminológica no es importante, en Carlymar, empresa de transportes, te animamos a reflexionar sobre estos conceptos básicos que te ayudaran a identificar mejor las necesidades de tu negocio.
La carga es el conjunto de bienes o mercancías, que pudiendo estar embaladas o sin embalar, son susceptibles de un traslado desde un punto a otro en cualquier medio de transporte. Por establecer una clasificación estándar, podríamos considerar un bulto menor aquella carga que por su dimensión y peso—no superior a 20 kilos e inferior a 9 cajas— pueden ser entregadas a mano y, frecuentemente, no están paletizadas; bulto mayor sería, por el contrario, aquellas cargas que por sus características de volumen y peso tienen que ser manipuladas mecánicamente.
Carga general en el proceso logístico
Se denomina carga general al tipo de carga que requiere de algún tipo de envoltorio o embalaje individualizado. Este tipo de cargas o pedidos se subdividen en dos tipos, según el grado de preparación que presente el envoltorio o embalaje. Por un lado, está la carga general suelta, que la conforman aquellas cargas que se manipulan de manera individual. Por otro lado, encontramos la carga general unitaria o carga preparada. En este caso, se trata de cargas generales que combinan varias cargas pero que, para su manipulación durante el proceso logístico, son unificadas en un mismo bulto que constituye el paquete o pedido del cliente.
Carga a granel
La conocida como “carga a granel” es otra posibilidad dentro de las cargas existentes. Son cargas que, como su nombre indica, no se presentan en embalajes o con envoltorios individuales y, por lo tanto, están listas para poder realizar el transporte. Lo más habitual es que la carga a granel se transporte mediante el uso de contenedores, ya que, al no presentar embalaje, es necesario moverla de forma unificada y al peso.
Mercancías perecederas
En el caso de la carga de mercancías perecederas, nos encontramos ante un tipo de carga que se caracteriza por un período de vida útil determinado. En este caso, no se categoriza la carga, según la forma en que se presenta o se transporta, sino respecto a la naturaleza de las mercancías en cuestión. Es el período de vida útil de los productos transportados lo que determina su clasificación como mercancía perecedera e implica la necesidad de completar el proceso logístico en un período de tiempo concreto.
Mercancía de productos frágiles
La carga frágil también se categoriza según la naturaleza de la mercancía. En este caso, se trata de un tipo de mercancía que debe ser manipulada con especial cuidado debido a que, por su naturaleza, puede dañarse o estropearse con dicha manipulación. Lo más habitual es que este tipo de mercancías presenten protecciones adicionales que permitan amortiguar cualquier posible golpe o impacto que sufra la carga durante el proceso logístico en su conjunto. En Carlymar, empresa de transporte, sabemos cómo manipular tus productos por delicados que sean dándole el tratamiento que necesitan para mantener todas sus propiedades hasta su punto de destino.
Mercancía peligrosa
Otro tipo de mercancía que se puede encontrar en un proceso logístico y que determina la forma en que se debe manipular y cómo se tiene que realizar la ruta de reparto es la denominada como peligrosa. Se trata de un tipo de mercancía que, al igual que la carga frágil, debe ser manipulada con especial cuidado. Sin embargo, en este caso, este cuidado no se debe a que pueda dañarse, sino a que presenta una naturaleza que puede dañar a las personas o a los bienes, si no se manipula correctamente. Algunos ejemplos de este tipo de cargas serían los explosivos, sustancias tóxicas, gases inflamables, material biológico potencialmente infeccioso, o material radiactivo, entre otros.
En el transporte internacional, es muy importante tener en cuenta si la mercancía es peligrosa, porque cuenta con una normativa específica que afecta a todas los elementos del transporte: envase, embalaje, señalización, vehículos especiales, instrucciones de manipulación específica, Equipos de Protección Individual (EPI) para el personal que realice las operaciones. Por otro lado, este tipo de mercancía, como es obvio, no puede ser manipulada y transportada como las demás.
Existe, de hecho, una regulación, con diferentes requisitos que varían en función del tipo de transporte se utilice. Así, normativas como el Acuerdo Europeo sobre Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera, el Reglamento Internacional sobre el Transporte de Mercancías Peligrosas por Ferrocarril—que es de aplicación a este medio a nivel nacional y europeo— o el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas.
Tu mercancía, siempre en manos de profesionales
Si existe alguna conclusión de estas consideraciones es que tu mercancía debe estar en manos de profesionales como los de Carlymar. Los tipos de cargas sirven para crear categorías teniendo en cuenta su naturaleza, la presentación y el tipo de transporte. De este modo, es posible establecer distintos protocolos para cada caso, individualizando las necesidades y ofreciendo, no solo un mejor servicio durante el proceso logístico, sino también todas las garantías de seguridad necesarias en cada situación.